Esta mañana he vuelto a arrancarme con la cría pokémon. He estado casi un mes sin acercarme a una Guardería Pokémon, y ahora, aprovechando que tengo unos días para disfrutar de nuevo de las bondades de Kalos, he decidido invertirlas en criar unos pocos pokémon. No voy a entrar en el frenesí de crianza que tuve hace unos meses, donde dediqué prácticamente todas mis horas del día (y parte de la noche) en criar un nutrido grupo de pokémon de agua con aptitudes para las competiciones más exigentes. Me vino bien cuando, en medio del arrebato criador, me llegó un reto de un entrenador al que hacía tiempo que no veía. Los nuevos pokémon que crié me ayudaron a plantar cara al desafío y salir triunfante en los tres combates que celebramos. El caso es que hoy he vuelto a la tranquila Ruta 7, que ofrece uno de los más memorables paisajes de la región. Como siempre sucede, la visites cuando la visites, me encontré con unos cuantos artistas que, gracias a sus pulidas dotes pictóricas, son capac...
Comentarios
Publicar un comentario